Comercializadoras y distribuidoras llevan meses trabajando en la reprogramación de los contadores y adaptando sus sistemas informáticos para poder trasladar la nueva normativa a las facturas de electricidad de sus clientes
El recibo de la luz va a experimentar un cambio importante. Con la reforma de la tarifa eléctrica que el Gobierno está ultimando para su entrada en vigor, previsiblemente, a partir del 1 de abril, los consumidores domésticos pagarán más o menos por la electricidad según la hora del día en que realicen sus consumos.
Estos cambios están incluidos en la nueva Circular sobre los peajes de distribución y transporte de la CNMC, que unifica todos los peajes en uno solo para todos los consumidores domésticos y pymes con una potencia contratada inferior a 15 kW. Su aplicación será efectiva cuando el Ministerio que encabeza Teresa Ribera, publique los nuevos cargos que se aplicarán en la factura.
La nueva estructura del recibo introduce la discriminación horaria en todos los peajes y supone una revisión y simplificación de los periodos horarios. Con el nuevo recibo, los clientes domésticos podrán contratar varias potencias y aprovechar más los tres periodos horarios de las tarifas.
La primera franja horaria, denominada hora punta, será la más cara e irá entre las 10 de la mañana y las 14 horas del mediodía y entre las 18 y las 22 horas de la tarde/noche. La segunda, denominada hora llana, tendrá un precio medio y comprenderá desde las 8 a las 10 de la mañana; desde las 14 del mediodía a las 18 horas de la tarde; y desde las 22 a las 24 horas de la noche. El tercer tramo, denominado hora valle, será el más barato, y comprenderá entre las 24 horas de la noche y las 8 de la mañana. Los fines de semana y festivos todas las horas serán valle.
A los clientes con tarifa regulada (PVPC), se les aplicará automáticamente los nuevos periodos de discriminación horaria, mientras que los que estén en el mercado libre deberán estudiar las ofertas con su compañía eléctrica.
Con esta metodología, se va a cumplir con la exigencia comunitaria de diferenciar entre los peajes, destinados a financiar el coste de las redes de transporte y distribución de electricidad; y los cargos, destinados a cubrir costes regulados del sistema eléctrico que no están relacionados con las redes, sino con decisiones de política energética, “lo que dotará al sistema eléctrico de una mayor transparencia en beneficio de los consumidores, que ahora tendrán un detalle exacto del destino de los pagos en su factura”, afirman desde la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (aelēc).
La patronal que preside Marina Serrano tiene claro que, gracias al completo despliegue de los contadores inteligentes entre los consumidores, “es posible un mayor control de estos sobre su consumo de energía y la implementación de tarifas que permitan al consumidor ser más activo, ya que el contador inteligente nos permite disponer de una lectura de nuestro consumo de una forma exacta por periodos y horas”.
Esta mayor capacidad de medición, unida al nuevo diseño de los peajes y cargos que tendrá tres periodos, explican desde la asociación, “proporciona a los consumidores señales de precios de potencia y energía distintas por franjas horarias, lo que les permite optimizar los términos de potencia contratada y energía consumida en cada periodo tarifario”.
Los consumidores eléctricos, añaden desde aelēc, “podrán trasladar su consumo a los periodos de precios más bajos y beneficiarse de ahorros que les inducirán a aprovecharse de las ventajas que ofrecen tecnologías como los vehículos eléctricos o las bombas de calor, desplazando los consumos energéticos basados en combustibles fósiles e impulsando la electrificación y la descarbonización”.
Las eléctricas se preparan
Las comercializadoras y distribuidoras llevan meses trabajando en la reprogramación de los contadores y adaptando sus sistemas informáticos para que todo esté listo antes de que se cumpla la fecha límite y poder trasladar la nueva normativa a las facturas de electricidad de sus clientes.
En el caso de Iberdrola, esto supondrá reprogramar los 11 millones de equipos de medida instalados antes de la entrada en vigor de las nuevas tarifas. En la mayoría de casos la programación será remota. También será necesario realizar un cierre de facturación el 31 de marzo, por lo que cada cliente tendrá dos facturas en el mes de abril.
La aplicación de la nueva metodología y los cambios de tarifas exige también cambios profundos en los sistemas de las distribuidoras.
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